¿Es momento de precaución en los mercados?


Los observadores de la industria de fondos cotizados (ETFs) recomiendan precaución al ajustar las carteras. Las elecciones mundiales, los conflictos regionales y los altísimos precios de las acciones estadounidenses podrían poner a prueba la paciencia de los mercados este año. Los inversionistas pasivos, cuyo espíritu es tratar de adoptar visiones de muy largo plazo en la construcción de sus carteras, enfrentan algunas decisiones difíciles. 

Este año, un número récord de personas acudirán a las urnas en todo el mundo, los conflictos en Ucrania y Oriente Medio no dan señales de disminuir y, desde un punto de vista puramente técnico, los inversionistas deben preguntarse si el mercado estadunidense, que tiende a tener un gran peso en muchas carteras, puede seguir cotizando a niveles récord. 

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De hecho, durante 15 años, más del 90 por ciento de los fondos de gran capitalización administrados activamente tuvieron un desempeño inferior al S&P 500, y que incluso en una medida de un año que termina en junio de 2023, sólo el 40 por ciento de dichos fondos logró superar su índice de referencia. Algunos consideran prudente reducir la exposición con Alphabet, Amazon, Apple, Meta Platforms, Microsoft, Nvidia y Tesla, dado que su capitalización de mercado combinada era ahora del mismo tamaño que las acciones combinadas de los mercados de Japón, Canadá y el Reino Unido. La otra opción es cotizar con una prima justificada por sus ganancias esperadas. 

A pesar de los temores generalizados de que el esté sobrevaluado, también existe la idea de que el contexto económico de EU será más sólido este año que el mercado estadunidense anterior. Y es que las entradas a ETFs en bolsa de EU alcanzaron los 583,000 millones de dólares en 2023, pero el 60 por ciento de ese dinero se destinó a ETFs que cuestan a los inversionistas no más del 0.1% anual. 

Las acciones no estadounidenses normalmente se negocian con un descuento respecto a las acciones estadounidenses y hoy ese descuento es más profundo de lo que ha sido en mucho tiempo. Además, se debe considerar que el S&P 500 se está una relación precio/ganancias de 12 meses de alrededor de 23 frente a un promedio de 18 en 20 años. 

Si se compara el S&P 500 con el índice MSCI EAFE, que incluye acciones de 21 mercados desarrollados, excluidos Estados Unidos y Canadá, se encuentra que este índice cotiza actualmente a una relación precio/beneficio de alrededor de 14, frente a un promedio de 15 en 20 años. A los participantes del mercado no les gusta la incertidumbre. 

El riesgo geopolítico (actualmente hay dos guerras, las cuales tienen una miríada de cronogramas y resultados potenciales), las elecciones estadunidenses y el riesgo de política del banco central suman muchas incertidumbres. 

Si bien los conflictos fueron graves y trágicos a nivel humano, los mercados tienden a permanecer centrados en el crecimiento de las ganancias corporativas y los fundamentos económicos que, tal vez sorprendentemente, han impulsado los mercados al alza en tiempos de guerra. La llamada economía de guerra. En términos de posible cambio político, hay diferentes lecciones que extraer de la historia. Una investigación señala que, en EU, desde 1929, el rendimiento promedio anualizado del mercado de valores bajo gobiernos demócratas había sido poco menos del 13% anual, frente al 5% bajo los republicanos. 

Sin embargo, los académicos descubrieron que este resultado parecía ser específico de cada país y un estudio de 24 países de la OCDE y 173 gobiernos encontró que no había diferencias estadísticamente significativas en los rendimientos entre los gobiernos de izquierda y de derecha. 

Los observadores coinciden en que las opiniones divergentes sobre qué esperar de los rendimientos de las acciones estadounidenses, podrían plantear algunos dilemas. Pero en general se pide que se tenga paciencia. Aun así también mucho consideran que, independiente de los resultados económicos, las actuales condiciones geopolíticas tendrán un efecto que aminorará los resultados de los mercados. 

La razón es que no se espera que la exposición a las acciones, especialmente a las acciones estadounidenses, sea tan rentable en esta década como lo fue en la última. En términos generales, es posible considerar que una década dominada por fuertes retornos de un pequeño subconjunto de acciones de crecimiento estadounidenses no justifica un enfoque renovado. No tenía sentido abandonar las expectativas de rentabilidad condicional en 2000, en el apogeo de la burbuja tecnológica, o en 2009, en el peor momento de la crisis financiera mundial, y no tiene sentido hacerlo ahora.

Por Ismael Valverde-Ambriz 



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