Los otros dos cuartos • Fernando Cuevas


Los siguientes dos partidos de cuartos terminaron con marcadores iguales en la vuelta, después de una ida que mostró un mayor equilibrio.

Tras un torneo turbulento, el Guadalajara terminó recuperando el camino y se coló a la liguilla. Enfrentó a la UNAM, equipo que también acabó entendiendo un estilo de juego y operando con eficacia en ese sentido, recuperando ciertos principios de su sello identitario. Una aproximación por bando en los primeros cinco minutos y luego fue el equipo tapatío quien propuso más llegada al frente, hasta que Beltrán rompió el cero hacia el término del primer tiempo con sólido remate desde fuera del área que se incrustó pegado al poste. Pudo ampliar la ventaja el anfitrión, tanto al término de la primera como en la segunda parte, pelota en el travesaño y salvada del arquero González mientras que los universitarios mostraban insuficiencia ofensiva, apenas tratando de capitalizar algún error. El tiempo se diluyó quedando la sensación agridulce para el Rebaño Sagrado: triunfo que pudo haber sido más amplio.

En la vuelta, las Chivas se mantuvieron bien plantadas durante los primeros diez minutos pero todo se vino abajo con un doble zarpazo de los Pumas: primero el autogol de Briseño al 14’, frente a la presión de Huerta y cuatro minutos después, el propio jugador re hecho en CU convirtió el penal y conjuró demonios recientes: quizá era prematuro pensarlo, pero la eliminatoria parecía inclinarse casi en definitiva hacia el cuadro universitario, sobre todo al ver cómo transcurrió el resto de la primera mitad con un planteamiento táctico que funcionaba como relojito. A poco más de veinte minutos para el silbatazo final, Fernández concretó con fortaleza un contragolpe para ahora sí finiquitar el trámite y dejar un 3-0 en el registro, reflejo de la superioridad de los anfitriones.

El Puebla sigue en plan de hacer buenos torneos, tratando de dejar atrás épocas difíciles. Ahora recibió a los Tigres de la UANL en la liguilla. Oportunidades en ambas puertas y dinámica digna de esta instancia. En la recta final, un cabezazo de Cordova abrió el marcador en favor de la visita, si bien los de la Franja emparejaron cinco minutos después con gol de Martínez a clarificador servicio de Velasco, y le dieron la vuelta con tanto de Olmedo, cerca del inicio de la parte complementaria. Fulgencio emparejó con estilo los cartones a quince minutos del final, aprovechando una buena pared, evitando volver a casa en desventaja y de paso, brindando un manto de tranquilidad para los dirigidos por Siboldi. El anfitrión cometió el error, luego pagado caro, de conformarse con una ventaja que debieron haber incrementado, no solo intentar conservarla.

El equipo de la UANL salió decidido a no cuidar el empate conseguido en el juego de ida y se lanzó con fiereza sobre la puerta del conjunto de la Angelópolis, que también aceleró al inicio al recibir el vendaval amarillo: la presión surtió efecto y Gignac anotó vía penal antes de los diez minutos para mandar al frente a los suyos. Los de la Franja reaccionaron con valentía y se lanzaron a buscar el empate primero y el gol después que les diera el pase. Tuvieron una buena oportunidad en un cabezazo que resultó muy picado y, en su lugar, recibieron el segundo en impecable cobro de tiro libre por parte del francés, pasada la media hora. Los de casa se adueñaron del partido, tuvieron otra llegada antes del entretiempo y para la segunda parte, el ingresado Ibáñez nos regaló otro golazo lanzándose de chilena para incrustar el tercero y terminar de amarrar el pase. Como sea, otro torneo muy digno del cuadro poblano.



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