Miguel “El Piojo” Herrera: El explosivo jugador con voluntad de acero
Conocido ampliamente en los últimos años por su papel como entrenador de la Selección Mexicana, el América y más recientemente de los Tigres de la UANL, la trayectoria de Miguel “El Piojo” Herrera, ha estado llena de polémicas y situaciones que lo convierten en uno de los futbolistas mexicanos más controvertidos de la historia.
Este emblemático jugador fue parte de la plantilla de aquel icónico y temido Toros Neza de la década de los 90’s. “Piojo” Herrera, ha sido sin duda una de las figuras de la historia del futbol azteca; amado por muchos y odiado por tantos más, Miguel Herrera es una de leyenda, entre otras cosas, por ser, un jugador crucial de aquel Atlante campeón de liga en 1993 de la mano del entrenador argentino Ricardo Antonio La Volpe.
No fue figura, pero si pieza fundamental de sus equipos
De carácter explosivo y hasta altanero pese a su corta estatura, Miguel Herrera, nunca fue un jugador que destacó por su gran calidad técnica, incluso llegó a ser considerado como un elemento cumplidor pero no estrella; sin embargo, quienes jugaron a su lado reconocen su gran voluntad y aguerrida actitud con la que supo compensar sus carencias.
Aunque no brilló como otros jugadores durante su paso en el Toros Neza, tales como Antonio “Turco” Mohamed, Rodrigo “Pony” Ruiz o Guillermo Vázquez, Herrera fue uno de los líderes de ese legendario equipo.
Con su actitud luchadora e inquebrantable espíritu, Miguel Herrera, logró compensar con creces sus debilidades, siendo un jugador encarador, de esos que siempre buscan al rival, férreo en la marcar, intentando intimidar a los adversarios sin importar quien estuviera enfrente.
Su voluntad de acero en suma con su fortaleza y capacidad física lo llevaron a destacar. Con perfil discreto pero de gran efectividad, Herrera fue tomado en cuneta para formar parte del Atlante de Ricardo Antonio La Volpe con el que se consolidó llegando a ser pieza fundamental de aquel campeonato atlantista de 1993. Sus grandes actuaciones, lo llevaron a convirtiese en un lateral potente que supo ganarse su lugar en la Selección Mexicana.
Un defensa de terror y respeto
Defendiendo los colores de Atlante, Toros Neza, Querétaro, Santos Laguna y Tecos, Miguel Herrera se forjó la fama de ser un jugador a temer y respetar, pues eran conocidas sur artimañas para desesperar a los delanteros y mermar a los rivales, como: jalar el pelo, tirar patadas, insultar e intimidar.
Pocos lo saben, pero al inicio de su carrera, “El Piojo” Herrera se desempeñó como delantero con el Coyotes Neza de la Segunda División donde campeonó por primera vez en 1985, este campeonato prematuro auguraba lo que más adelante sería su trayectoria como director técnico, debido a que en su faceta de jugador en primera división solo fue campeón con el Atlante de La Volpe; mientras que como entrenador su palmarés es amplio.
Fue justamente al mando de “El Bigotón” y ese mítico Atlante, semillero de jugadores que en años futuros se vestirían de saco para ocupar los puesto de pantalón largo en clubes o dirigiendo a las nuevas camadas de futbolistas; en donde Herrera se consolidó como uno de los mejores laterales defensivos de la década así como de la historia del fútbol nacional.
Nadie puede negar que ese Atlante de “El Piojo”, La Volpe y compañía, marcó historia. No por nada, para más de un analista deportivo, fue en este legendario equipo donde nació la “escuela Lavolpista”.
Curiosamente en aquella final de liga disputada contra los Rayados de Monterrey, junto a Miguel Herrera en la defensa jugaron figuras como: Raúl Gutiérrez, Wilson Graniolatti y José Guadalupe Cruz, todos ellos, más tarde se convirtieron en entrenadores exitosos que plasmaron en sus equipos el sello que les dejó el estratega argentino.
Genio y figura
Para quienes lo trataron dentro y fueras de las canchas como Braulio Luna, Miguel Herrera fue, es y será un personaje dual de quien resulta irónico ver su temperamento en la cancha y su caballerosidad fuera de ella, un jugador poseedor de una gran inteligencia para jugar con la pelota en los pies, pero con total ausencia de ésta al momento de reaccionar a situaciones más impetuosas.
Esta particular forma de ser lo ha acompañado toda su vida, como jugador es recordado el momento en que en plena entrevista tras un juego con el Atlante, Herrera pierde la cabeza y golpea a un aficionado que había invadido el terreno de juego y quien a su vez había agredió al jugador en primera instancia.
Incluso como técnico de la Selección Mexicana, Herrera ha sido polémico dejando uno de los pasajes más controvertidos del cargo al grado de llegar a golpear al comentarista deportivo de TV Azteca, Cristian Martinoli, acción que le costó el puesto en el combinado tricolor.
Como entrenador debutó el 17 de febrero de 2002 en el partido entre León y Atlante, de la Jornada 7 del Torneo Verano 2002; con los “Potros” tuvo temporadas destacadas lo que llamó la atención de varios clubes con mayor poder adquisitivo, quienes lo llevarlo a su banquillo como Monterrey, América y ahora los Tigres.
¿Por qué le dicen “Piojo” a Miguel Herrera?
Pese a ser conocido ampliamente como “El Piojo”, casi nadie sabe el origen de su apodo, incluso el mismo Miguel cuando es cuestionado suele responder que no sabe de dónde surgió dicho sobrenombre y argumenta que de pronto la afición del Atlante comenzó a llamarlo así.
Si bien no existe una versión oficial como tal, basta con describir las características de estos peculiares animales, para entender el origen del apodo, pues en la mnaturaleza los piojos se adhieren al cabello (tal como Herrera hacia con sus rivales), son chiquitos (Miguel Herrera mide 1.65 m ) y güeros.
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